

Tras este caso y el de hace unos años, en que apareció un juvenil de águila imperial también envenenado en la misma zona, lo tiene difícil esta especie para asentarse en Valladolid, donde cada vez se ven más y, teniendo encuenta que hay parejas instaladas muy cerca y que existe un hábitat adecuado con abundante conejo, es cuestión de tiempo que colonicen nuestra provincia.