Por ahora la primevera sigue a la perfección el patrón establecido, no hay dos días iguales, es más los cambios a lo largo del día son constantes. Tan pronto luce el sol, como llega un nublado que inunda todo por unas horas. El paisaje está tan lleno de charcos y lagunas que uno puede encontrarse con cinco avocetas y un combatiente junto a Castromonte comiendo tranquilamente o con alguna cereceta carretona en los humedales del sur de la provincia. Algunas especies parecen tener prisa por reproducirse como los chorlitejos chicos que ayer ya estaban copulando, esperemos que este ímpetu tempranero no lleve a la pérdida de nidos por los aguaceros que todo lo arrasan.
Una prueba de que la primavera ha llegado es la presencia del primer erizo atropellado en la carretera, un símbolo lamentable que nos avisa de que a partir de ahora esta imagen cada vez será más frecuente junto con la de anfibios y reptiles que no entran en las estadísticas de la D.G.T.
Seguiremos con los sentidos en alerta...
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